De acuerdo a la primera parte del tema, podríamos decir que Dios creó al hombre con 6 sentidos. La fe es el sexto sentido. Cuando Adán y Eva pecaron dice que sus ojos fueron abiertos. ¿Qué significa eso? No era que ellos estaban ciegos, era que ellos caminaban y veían por fe. Ellos veían el mundo espiritual. Dice Génesis (2:25) que ellos estaban desnudos y ni siquiera se habían dado cuenta. El cuerpo estaba en último lugar en su vida y pensamientos. Cuando pecaron se volvieron carnales, esto es, de los cinco sentidos. Ellos dejaron de caminar por fe, para caminar por los cinco sentidos. Veamos el siguiente pasaje.
Porque los que son de la carne (cinco sentidos) piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Romanos 8:5
La fe es ver con los ojos espirituales, a muy pesar de lo que digan los sentidos. Tenemos que aprender a ver con el sentido de la fe para ver el mundo espiritual. Recordemos que el mundo espiritual es eterno, pero el natural es temporal. Hay un ejemplo que me gusta mucho, que describe la diferencia de estos sentidos, para ver la realidad del mundo espiritual.
Por la mañana, cuando el criado del hombre de Dios se levantó para salir, vio que un ejército con caballos y carros de combate rodeaba la ciudad. — ¡Ay, mi señor! —Exclamó el criado—. ¿Qué vamos a hacer? —No tengas miedo —respondió Eliseo—. Los que están con nosotros son más que ellos. Entonces Eliseo oró: « Señor, ábrele a Guiezi los ojos para que vea.» El Señor así lo hizo, y el criado vio que la colina estaba llena de caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo. 2 Reyes 6:15-17
Si la carnalidad tiene que ver con los cinco sentidos, podemos decir, que cualquier cristiano carnal diría que Eliseo mintió al decir “Los que están con nosotros son más”. Porque la gente que cree en lo espiritual, sin una evidencia física, es tachada de loca, que evade la realidad, que todavía cree en fantasías, etc. Sólo ven lo tangible, lo físico, lo natural. Pero es a través del espíritu que vemos lo espiritual, como lo hizo Eliseo y luego su siervo. Por la fe nos vemos sanos, bendecidos y prósperos, sin que haya evidencia alguna en lo natural, en lo temporal.
Si no vivimos espiritualmente, o sea, a través de la fe, en nuestro diario trajín, vamos a vivir y reaccionar conforme reaccionan los incrédulos.
Entendamos algo: El cuerpo no es lo importante. Por eso Timoteo dice que el ejercicio es poco provechoso.
porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente y de la venidera. 1 Timoteo 4:8
No es que no haya que hacer ejercicio, es que no aprovecha espiritualmente. Por eso, es poco provechoso, porque es temporal, no eterno.
Pablo lo dice en 2 Corintios 4:18 «no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas».
La carne no nos permite ver a Dios, solamente la fe. Por eso es importante la meditación de la Palabra de Dios y visualizar con los ojos espirituales lo que ya Dios nos prometió en su pacto.
No se mientan los unos a los otros; porque se han despojado del viejo hombre (Carne) con sus prácticas y se han vestido del nuevo, el cual se renueva para un pleno conocimiento conforme a la imagen de aquel que lo creó. Colosenses 3:9-10 (RVA-2015)
Necesitamos entender que somos una nueva especie, una creación que se inventó el día que Jesús resucitó. Nunca había existido una creación espiritual como la nuestra. Antes de Cristo no existía el Espíritu Santo adentro de un creyente. Él sólo venía sobre algunos. Por eso somos una nueva creación, como dice la Nueva Versión Internacional:
Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! 2 Corintios 5:17
