Dios es Amor… (1 Juan 4:16), su esencia pura es amor, su obra es amar y Él destila amor.
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» S.Juan 3:16
Si Dios es la esencia misma del amor, no hay cabida para dudar de si Él quiere darnos sus bendiciones (Jeremías 29:11), quizás por ésto las bendiciones de su herencia fueron escritas en pasado, porque ya fueron dadas, la provisión ya fue hecha, eso es “Gracia”, y alcanzarlas no depende de Él sino de nosotros.
La herencia en Cristo es enorme, tanto que en Efesios 1:16-18 Pablo ora para que nosotros, los creyentes, tengamos espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de El. Y es que si no conocemos las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, nos vamos a perder de todo ese gran “combo” de bendiciones que vienen incluidas con la salvación.
Apropiarse es quizás la palabra más adecuada cuando se trata de querer alcanzar algo que ya fue dado, y si algo ya fue hecho por Cristo, es para nosotros, ahora es accesible, solo hay que tomarlo.
Vivimos en un mundo lleno de incredulidad, regido por los ojos naturales, dominado por la desesperanza y el desánimo, donde quizás la iglesia habla poco de como ser victoriosos ante la adversidad y en su lugar se predica la resignación, “acepta la pobreza, la enfermedad, etc. que con la prueba, Dios te quiere formar” Si eso fuera cierto, los cristianos más enfermos, más pobres y más conflictivos, serían actualmente los grandes hombres de la fe, personas seguidas por todas las señales descritas en San Marcos 16:17-18. Pero no es así, la resignación ignora que el enemigo vino para hurtar, matar y destruir… (San Juan 10:10) y que tenemos armas poderosas con que atacar (2 Cor.10:4)
Tenemos un poder (Hechos 1:8), no de nosotros, sino como parte de la herencia que recibimos en Cristo Jesús, ese poder fue el que levantó a Jesús de los muertos (Colosenses 2:12), pero si no descubrimos a través de Su Palabra cómo actúa, seremos como aquel ciego hambriento que lo sentaron junto a una mesa llena de manjares pero que no fue informado de lo que tenía por delante. Pasó horas sin probar bocado.
La fe auténtica conlleva una acción, Santiago escribió, …la fe sin obras es muerta… (Santiago 2:26), Jesús no oraba por los enfermos y los oprimidos, el Señor ordenaba sanidad y libertad, luego les decía: ...ve… …extiende tu mano… ..toma tu lecho y anda…
Lo que hemos heredado de Cristo es su poder, su Espíritu, sus cualidades …amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza… (Gálatas 5:22-23)
«Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.» San Marcos 11:23
Si eres creyente ya no pidas más fe, porque en tu espíritu renacido la tienes, sólo ejércela (cree que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho) Tu fe echará raíces fuertes en tu interior, formará convicciones profundas por la lectura y el estudio de la Palabra de Dios.
El creyente desempleado que conoce su herencia, no se levanta tarde y pasa viendo televisión todo el día, ruega y pone a los demás a rogarle a Dios por un trabajo, como si Dios no conociera su necesidad, o no lo escuchara. ¡No! Él primero ora con fe por aquel trabajo, reprende al enemigo por si está obstaculizando la respuesta de Dios, luego alaba y da gracias a Dios por ese trabajo, se levanta temprano y se alista porque ese trabajo que está ya dado en el mundo espiritual, él ya lo creyó y ya lo recibió (Marcos 11:24).
Sus herederos somos sal y luz en la tierra, el lugar más adecuado para el diablo es estar bajo nuestros pies (Hebreos 2:8), ya no le creamos a sus mentiras, su iglesia gloriosa debe levantarse cada mañana y arrebatar lo que le pertenece (Mateo 11:12), no nos rindamos, no hay espacio para la resignación, no estamos solos, somos sus … herederos de Dios y coherederos con Cristo (Romanos 8:17)
Lea también «Conociendo nuestra herencia. Parte 1«