Todos nosotros tenemos en nuestra mente un “núcleo” o centro de creencias. En él están grabados todos aquellos conceptos que dictan los principios por los cuales nos regimos y ahí también están los parámetros o límites para nuestra fe.
Todos nosotros tenemos en nuestra mente un “núcleo” o centro de creencias. En él están grabados todos aquellos conceptos que dictan los principios por los cuales nos regimos y ahí también están los parámetros o límites para nuestra fe.